Viví 12 años en Japón, donde el arte y la estética alimentan los sentidos y están reflejados en cada aspecto de la vida cotidiana, pero al mismo tiempo la frialdad y el machismo son características aún muy presentes en esa sociedad. Por otra parte, nací en Perú, un país completamente diferente al que donde crecí y, sin embargo, existen espacios en los que llegan a complementarse cultural y artísticamente.
Esa mezcla de culturas tan distintas es la que inspira la creación de mis proyectos, en los que busco enlazarlas a niveles implícitos que conduzcan automáticamente al espectador a sumergirse en ellos y descubrir un sentido más allá de lo evidente, haciéndolos también partícipes de estos proyectos.